El universo de los textiles biomiméticos en acción

Nada más malo que las verdades a medias. Peor aún las medias interpretaciones a las medias verdades.
Tomado de los Anales de Chimalhuacán de los Pinacates.

La reciente aprobación de la propuesta presentada al Parlamento Europeo por Vittorio Prodi, a nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, ha creado revuelo en Europa y en algunas partes del mundo. Obviamente, los medios de información la reproducen con encabezados que llaman la atención de los lectores aunque no estén apegados a la sustancia ni analicen el contenido real de tal resolución. Justo por eso, en la misma oficina de prensa de la Comunidad Europea se dice que “La Eurocámara exige prohibir los plásticos más dañinos para el medio ambiente” o en diarios como el ABC de España se reporta que el Parlamento “pide acabar con los plásticos contaminantes y las bolsas de un solo uso”, como por igual lo reproduce Notimex, la agencia oficial en México apuntando que “El Parlamento Europeo (PE) solicitó este martes a la Unión Europea prohibir por ley el uso de bolsas de plástico de un solo uso e imponer una meta de reciclado de plástico”.

El teléfono descompuesto es un mal, un vicio, de alcance mundial. Yo te digo verde y al cabo de tres reproducciones ya se tornó en azul o incluso en índigo. La costumbre de leer sólo los encabezados sin atender al resto de las notas o la fe mediática en notas sin referencia a las fuentes originales provoca que los colores del arcoíris se confundan, los “yo creo” se vuelvan “es cierto” y los mortales a expensas de la hiper-información de estos tiempos caigan, yo no, en el fácil garlito que lleva a un pronto “mate al pastor”.

La mentada resolución del Parlamento Europeo incluye una multiplicidad de disposiciones, ninguna obligatoria, todas meras recomendaciones, que en no pocos casos se contraponen entre sí. Todo lo referente a los plásticos surge de una idea acuñada por Janez Potonik comisionado de la Comisión del Medio Ambiente de la CE e instigada por el actor Jeremy Irons a partir de su video publicado en las redes sociales quienes proponen que los plásticos sean borrados de la faz de La Tierra o, al menos controlados a través de prohibiciones.

En la sesión del Parlamento Europeo del 13 de enero de este año, se aprobó una serie de recomendaciones a los Estados miembros de la Comunidad Europea que sugieren por un lado mejorar los sistemas de recuperación de los residuos plásticos, incrementar su reciclaje mecánico, evitar su exportación y, en la línea base, actuar de manera decidida para que los consumidores de cada país sean más responsables con la forma en que disponen de ellos.

Claro, lo llamativo fue sugerir que el consumo de bolsas de plástico se redujera drásticamente incluso hasta su eliminación. Esta es la parte “bonita” de la propuesta porque las otras implican un esfuerzo gubernamental y de coordinación con otros agentes de la cadena que los comisionados y legisladores europeos no pueden garantizar se cumpla en cada uno de los países que conforman la Unión. Sin embargo, lo que vende, vende y no hay forma de evitarlo, así se enmascare o desvirtúe el resto de las propuestas.

No nos deberían importar las ocurrencias de los legisladores europeos o la manera cómo los medios en América Latina las reproduzcan. Al final de cuentas, como dice el tercero de los Mantras Mexicanos, “No es mi problema” (lo dice peor pero por mesura no lo escribo tal cual)…

En primera instancia, esa que no parece ser nuestra bronca sino de los europeos. Por lo tanto, nos debería valer un pepino lo que allá ocurra. No obstante, el problema se puede convertir en otra pesadilla en nuestra región dependiendo de cómo ciertos lectores de esas noticias asimilen los mensajes y decidan impulsarlos. No creo que los legisladores mexicanos sean distintos en sus propósitos y actitudes a los de otras partes del mundo. A ellos les interesa mucho –porque les luce- proponer leyes llamativas que se respalden en lo que europeos o gringos hagan, así sean las aberraciones más aberrantes que pudieran darse en este mundo “mundial”.

Imaginen a un legislador o a una autoridad ambiental de cualquier país de nuestra América Latina haciendo eco de lo que los medios locales podrían decir que dijo el Parlamento Europeo.

Súmenle lo que ya se dictó en Los Ángeles en el mismo sentido y, la más reciente, lo que tres senadores californianos, los tres de origen mexicano están proponiendo para todo el Golden State: una California sin bolsas, de plástico, por supuesto. No cabe duda que los californianos son farol de la calle y oscuridad de su casa pues son la sociedad más depredadora del planeta y, al mismo tiempo, la que se quiere pintar de verde perico por su ambientalismo irracional. Son los activistas ecológicos más furibundos y, al mismo tiempo, los menos educados en cuestiones ambientales. ¡Qué contradicción!...

Así, cientos, miles de cabecitas latinoamericanas proclives a la desinformación y a las ocurrencias ambientalistas de origen extranjero pueden convertirse en cajas de resonancia de noticias como la europea o las californianas. ¡Válganos Dios! Ni las vírgenes de Guadalupe, de Zapopan, del Cobre y muchas más nos salvarían de la avalancha de imitaciones.

Comparto a ustedes la iniciativa de mi querido amigo Carlos Alberto Garay para que defendamos a la industria del plástico de América Latina de las imitaciones imaginativas con la bandera de la Producción y del Consumo Sustentable de los Plásticos.

Hagámoslo con el liderazgo de las agrupaciones del plástico de nuestra región, las reunidas en torno de la ALIPLAST, motivemos a nuestras empresas a sumarse a esta iniciativa que es la única que nos podría servir de escudo ante las imitaciones transatlánticas. De otra manera, seguiremos luchando en contra de las prohibiciones que no cesarán de aparecer por todos los confines de nuestra querida América Latina.

Espero con ansia sus comentarios. Y si me equivoco, sabré rectificar…

Un saludo afectuoso a todos ustedes.