Navistar buscará más proveeduría local

La planta de Navistar en Escobedo, Nuevo León, México, es la más grande a nivel mundial, ya que produce casi la mitad del total de camiones que fabrica la marca y el 80% de las unidades es para exportación.

Con 20% de contenido local, la empresa se encuentra realizando un análisis para comenzar un plan de sustitución de importaciones y en una primera etapa se centrará en maquinados y estampados. Sin embargo, el siguiente paso será la búsqueda de proveedores de inyección de plásticos.

“Los recursos tenemos que enfocarlos en las áreas que podamos atacar con mayor rapidez y por los tiempos de desarrollo de herramentales o de transferencia de los mismos, la parte de inyección podría ser la etapa dos de este proyecto de localización”, comentó Daniel Pichardo, director de Compras de Navistar.

El directivo explicó que uno de los retos que enfrentan los fabricantes de vehículos pesados es la alta mezcla y bajos volúmenes, lo que en ocasiones no es suficientemente atractivo para algunos proveedores.

Por ello, la estrategia de la empresa es desarrollar los proveedores que sean adecuados para el tipo de industria y para los volúmenes que manejan, así como para tener la cercanía con otras empresas ensambladoras en búsqueda del desarrollo de planes en común, es decir, de alguna manera complementar los requerimientos de la industria de ligeros con los de la industria de pesados.

En el análisis que están realizando se va a determinar de dónde vienen todos los componentes que utilizan para el proceso de ensamble, se analizan pesos, distancias, costos, etcétera y después hacia dónde se exportan los camiones que ensamblan, es decir, dónde están nuestros clientes finales.

“El 80% de la producción de la planta es para exportación, entonces, pues obviamente nos dimos cuenta que tenemos que hacer un doble esfuerzo en el tema de desarrollo de proveeduría local”, afirmó Pichardo.

Advirtió que la parte logística es muy importante y crítica ya que podría representar la decisión de la empresa para mover volumen de producción de la planta de Nuevo León a una planta en Estados Unidos.

“Al final, si los componentes los estamos comprando en algún estado del norte de Estados Unidos y el cliente final del camión está en esa región no tiene mucho sentido ensamblarlo en México. Tenemos ventajas importantes desde el punto de vista del costo de la mano de obra y otros temas, pero obviamente hay una presión importante”, alertó.