Recubrimientos anticorrosivos amigables con el ambiente

En el Laboratorio de Interfaces y Superficies del Centro de Investigación en Ingenierí­a y Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (Ciicap-UAEM), se está buscando desarrollar una nueva generación de recubrimientos anticorrosivos amigables con el ambiente, utilizando materiales de desecho o reciclados.

A decir de Jorge Uruchurtu Chavarí­n, doctor en Ciencias de la Corrosión por el Instituto de Ciencia y Tecnologí­a de la Universidad de Mánchester, Inglaterra, de lo que se trata es de retardar o disminuir la corrosión de los sustratos metálicos que es la responsable del deterioro de estructuras metálicas.

El investigador dijo que los inhibidores de la corrosión se pueden agregar en metales, actuando como pares galvánicos, es decir, que se sacrifican para proteger el metal y entonces estos son los que se degradan, y son materiales muy activos y económicos.

“El proyecto de investigación tiene que ver con los usos de los materiales para sus diferentes aplicaciones: generación de energí­a, celdas fotovoltaicas, bombas de calor, calentadores solares, celdas de combustible y protecciones de corrosión en cualquier estructura de ingenierí­a”, comentó a la Agencia Informativa Conacyt.

El especialista está explorando diversas alternativas, entre ellas la semilla de chí­a, pero también está trabajado con recubrimientos a base de nylon, clorofila y grafeno. En particular, el grafeno tiene propiedades mecánicas y de combustión eléctrica, por lo que podrí­a conducir electricidad para una celda fotovoltaica.

Además, su equipo de investigación ya cuenta con un prototipo obtenido a partir de PET ya que encontraron la forma y el tamaño de las partí­culas que deben utilizarse para tener mejores propiedades mecánicas y anticorrosivas en materiales para la construcción como varillas, por ejemplo.

Asimismo, aprovechando un polí­mero que se desecha en la industria automotriz lograron un recubrimiento para proteger estatuas del patrimonio cultural, pero también analizan utilizar desechos de medicamentos caducados, cáscara de crustáceos o de cí­tricos, y plantas, entre otros.

En la actualidad se piensa extender la vida útil de los metales de manera más eficiente y más barata, de ahí­ surge la idea de hacer recubrimientos inteligentes o una nueva generación de recubrimientos anticorrosivos amigables con el ambiente.