WPC: Una solución constructiva rápida y eficiente

Hace un poco más de un año, la compañía colombiana Woodpecker S.A.S. fue noticia en Tecnología del Plástico gracias a su innovadora propuesta de fabricar perfiles de madera plástica a partir de un compuesto PVC y cisco de café, desarrollado por ellos mismos y único en el mundo. La creación de este material, y la posterior fundación de la empresa, representa un caso de emprendimiento digno de admirar, con gran impacto económico, ambiental y social. En su planta de última tecnología para transformación de plásticos, Woodpecker S.A.S. no sólo aprovecha un pasivo ambiental del cultivo del café, como es la cascarilla, sino que fabrica una serie de productos y sistemas constructivos para atender diversos mercados y aplicaciones, desde cubiertas y muelles hasta casas completas.

La utilización de la madera plástica en la construcción ha demostrado múltiples beneficios, asociados con su excelente resistencia y durabilidad. Con una apariencia similar a la de la madera natural, pero sin necesitar mantenimientos intensivos, este material se convierte en una opción atractiva para diversas aplicaciones que requieran madera, concreto o ladrillo. A esto se une su fácil y rápida instalación. De acuerdo con Alejandro Franco, gerente general de Woodpecker S.A.S., la estructura de una casa con un área entre 24 y 60 metros cuadrados puede ser armada de 4 a 5 días por dos personas.

Justamente, fue esa cualidad de pronta respuesta la que permitió que los sistemas constructivos llave en mano de Woodpecker S.A.S. fueran elegidos para la elaboración de viviendas de interés prioritario, que atendieran a los damnificados de la reciente ola invernal en Colombia, ocasionada por el fenómeno de La Niña durante el segundo semestre del año 2010 y el primer trimestre del año 2011. Según datos de la fundación Colombia Humanitaria, esta situación dejó más de 3,1 millones de personas afectadas, equivalentes a 729.829 familias, las cuales representan el 6,78% de la población.

Para este proyecto, Woodpecker ofrece un modelo de casa de 36 metros cuadrados, con posibilidades de ampliación a 54 metros cuadrados. Casi en su totalidad, las casas son fabricadas con el compuesto de PVC y fibra de café, salvo partes estructurales y de ventanería, para las que se utilizó aluminio. Así mismo, las puertas y la cubierta del techo son fabricadas en metal. Los muros, totalmente fabricados en WPC, tienen un acabado cálido tipo madera, pero se pueden lavar y pintar fácilmente. Las casas son sismorresistentes y tienen un sistema de ventilación que permiten mantener fresco el interior de la casa en climas cálidos, así como guardar el calor en climas fríos.

”Nosotros enviamos los kits para fabricar cada una de las casas desde Bogotá y prestamos asesoría para lograr la rápida y correcta instalación de las casas. Ha sido un gran reto logístico, pero los resultados han sido muy positivos. Además, es importante destacar que la mano de obra es contratada localmente para darle mayor apoyo a la población afectada por la tragedia invernal”, comentó Franco en entrevista para Tecnología del Plástico.

El proyecto residencial, Villa Diana Carolina II, en el que Woodpecker S.A.S. está participando se encuentra ubicado en el municipio de Ricaurte, a  120 kilómetros de Bogotá. En esta iniciativa conjunta participan diversos actores del sector público y privado, que unieron esfuerzos para proveer el lote, hacer todos los trabajos de urbanismo y construir viviendas que puedan ser rápidamente habitadas por aquellas familias que quedaron sin hogar tras la calamidad invernal.

Esta fase del proyecto, en la que participaron la Alcaldía del municipio de Ricaurte, la Gobernación de Cundinamarca (estado donde se encuentra ubicado el municipio) y la caja de compensación familiar Colsubsidio, consta de 57 casas que deberán estar en pie y habitadas antes de finalizar este año. La construcción de posteriores etapas de casas en la región aún está en estudio.

Alejandro Franco señala que una de las partes más impactantes de este proyecto ha sido la entrega de las casas. “Es emocionante ver cómo la gente ha tenido gran aceptación de nuestras casas. El acabado de las fachadas con apariencia de madera, y sobre todo la rapidez con la que pueden ser fabricadas han tenido gran acogida. La urbanización en Ricaurte ha sido un proyecto piloto que, sin dudas, puede replicarse en otros lugares con déficit de vivienda. Así mismo hay potencial para edificar escuelas, otro sector afectado con el invierno. Muchas de las cuales fueron averiadas y otras fueron adaptadas como albergues”, comentó el directivo.

La madera plástica ha demostrado ser un material joven, pero altamente competitivo en diversos mercados. Además de viviendas de interés prioritario, como las de Ricaurte, la compañía está abriendo un nuevo nicho en edificaciones de alto impacto en diseño estético para el sector turístico. De acuerdo con Alejandro Franco, la empresa está trabajando fuertemente en un proyecto para el diseño y la construcción de eco-cabañas en Providencia, una isla en el Caribe colombiano.

Según un estudio de mercado desarrollado por la firma consultora Freedonia Group, la demanda de compuestos de madera plástica crecerá a una tasa de 9,2 por ciento al año, gracias a aceptación que tendrá el mercado de estos productos en reemplazo de materiales. Gran parte de esta acogida será atribuida a la percepción positiva del perfil ambiental de estos productos, por cuenta de la incorporación de materiales reciclados.

Así es que sin importar si se trata de cubiertas, accesorios, revestimientos de paredes, casas de interés prioritario o eco-cabañas de amplios ventanales y diseño vanguardista, con vista al mar, Woodpecker es un caso de éxito en América Latina, que gracias a su creatividad e innovación demuestra todo el potencial de la madera plástica.