Plásticos degradables a partir de cáscara de nuez y papa

Dos nuevos proyectos realizados por estudiantes mexicanas, por separado, están basados en el uso de cáscaras nuez y de papa para la elaboración de plásticos biodegradables.

El primero de ellos es el de Sarahí Agustín Salazar, estudiante del doctorado en Biociencias de la Universidad de Sonora, que está trabajando en la obtención de aditivos ecológicos para materiales poliméricos que sirvan para la fabricación de bolsas, botellas y otros productos plásticos.

“Con los antioxidantes que contiene la cáscara de la nuez estamos promoviendo aditivos ecológicos que sean compatibles con los polímeros para promover su estabilidad térmica y fotoxidativa, y por el lado de la fibra buscamos dar valor agregado para promover la eficiencia mecánica de los materiales poliméricos”, explicó Sarahí en un comunicado difundido por la Universidad de Sonora.

La estudiante mexicana hizo una estancia en el Instituto para los Polímeros Compositos y Biomateriales, ubicado en Italia, y pronto dará a conocer los resultados de su investigación: El uso de la cáscara de nuez como una fuente de antioxidantes y fibras de relleno en matrices poliméricas.

“Creemos mucho en el proyecto por los resultados que hemos tenido, y que son muy buenos. Estamos por publicarlos, y creo que con mucho potencial para ser utilizados, pues van a poder sustituirse algunos de los polímeros que se derivan del petróleo y que son contaminantes”, afirmó Sarahí Agustín Salazar.

El segundo proyecto es un desarrollo de una estudiante de preparatoria, Cynthia Nahomi Solís Angulo, quien con el apoyo del programa de Apoyo a Sobresalientes en el Estado de Sinaloa (Grupo ASES), del Centro de Ciencias de Sinaloa (CCS), obtuvo uno de los primeros lugares en la Feria de Ciencias Internacional Mostratec, realizada en Brasil.

Cynthia Solís utilizó los desechos de la papa para hacer un plástico biodegradable, ya que un gramo de cáscara en el basurero es consumido por unos microorganismos llamados amilolíticos que lo degradan en muy poco tiempo. Bajo este principio el plástico que desarrolló tarda sólo seis días en degradarse.