Pese a los buenos deseos del pasado 31 de diciembre, la verdad es que el 2016 puede no ser tan feliz como desearíamos. El impacto de la caída del petróleo y la subida del dólar amenazan la estabilidad de nuestras economías. Si bien estos fenómenos han repercutido en una tendencia al descenso de precios de materias primas para transformadores de productos plásticos, la dificultad para acceder a bienes de capital importados, las coyunturas climáticas locales que agravan la situación energética y las ya crónicas deficiencias en mano de obra calificada, infraestructura, entre otros factores propios de la situación política de cada país en América Latina, nos ponen la barra alta para competir.
Hace poco me reuní a hablar con una colega, industrial, a quien expuse mis preocupaciones por esta situación. Y su respuesta fue: "las crisis de unos son las oportunidades de otros". Nada más cierto. Ella, que lleva dirigiendo su propia empresa hace casi dos décadas, ha pasado por las buenas y las malas para aprender a no descorazonarse, sino a adaptarse frente a la adversidad y seguir adelante.
¿Cómo hacer para estar en el lado correcto, en el de la oportunidad y no en el de la crisis? Lo que he aprendido viendo a industriales trabajar a lo largo de estos últimos 15 años, es que entre unos y otros hay dos diferencias primordiales: la actitud y la perseverancia. Con la actitud me refiero a la capacidad de ver hacia el largo plazo, de mantener la calma, de priorizar la gente sobre el dinero. Quienes tienen una actitud positiva y respetuosa hacia su personal, buscan ahorros no en el corto sino en el largo plazo, quienes se capacitan y capacitan a su gente, y quienes trabajan siempre para "ordenar la casa", cada vez más y más, son los que en el término de unos pocos años se vuelven más atractivos y necesarios para sus clientes. Adicionalmente, quienes saben perseverar, saben que de lo errado siempre algo se aprende; saben que no hay forma de lograr un éxito fácil. Para mí personalmente, la perseverancia no solo tiene que ver con levantarse ante cada caída, sino con mirar hacia atrás, darse cuenta de los éxitos que se han logrado y mantener alta la motivación, sabiendo que hay cosas que no existirían si nosotros no las hubiéramos hecho posibles.
La verdad es que, si nos comparamos con otros sectores, nuestro sector de transformación de plásticos está en mejores condiciones de competir. Una coyuntura particularmente importante es la expansión de la industria automotriz en México. En esta edición, en nuestro informe especial, presentamos una revisión de las oportunidades que se vienen, sobre todo con el excelente momento que atraviesa la industria automotriz en Estados Unidos. Este informe compila estudios hechos por el equipo de investigación de nuestro socio estratégico PlasticsNews.
Otra oportunidad interesante viene con las ferias de la industria, que ofrecen un marco para la actualización tecnológica y la búsqueda de nuevos socios comerciales. Este año en marzo tiene lugar Plastimagen en México, una feria tradicional pero que ha tenido un significativo crecimiento. Los grandes jugadores de la industria se darán cita en Ciudad de México. En esta edición traemos un artículo especial sobre este evento. El otro gran evento es la Feria K 2016 en Düsseldorf, Alemania, que tendrá lugar hacia el final de octubre. Una oportunidad de oro para ver de primera mano hacia dónde se moverá el desarrollo.
Quiero terminar esta columna resaltando la necesidad que tenemos los industriales en América Latina de continuar innovando, capacitándonos y haciendo nuestra producción más eficiente. La oferta de artículos que trae esta edición está encaminada a apoyar a nuestros lectores en esta labor.
Espero que disfruten esta nueva edición de Tecnología del Plástico, que, como siempre, hemos preparado con gran esmero para ustedes.