Apreciados compañeros de lucha,
Me declaro satisfecha con la última entrada a mi blog, que ha tenido cierto nivel de discusión. Como hacen las revistas de moda famosas (que por supuesto ya no leo, porque ahora leo Tecnología del Plástico), he tomado una de las cartas que me escribieron en respuesta a mi columna y la presento en esta nueva entrada.
La carta la escribió Juan Carlos Oberndorfer, un amigo de hace muchos años, y quien me aventaja significativamente en experiencia en la industria. La publico porque recoge el sentir de muchos de los comentarios que recibí, y porque me parece que nos lleva a lo que es nuestra misión en la revista: compartir información, compartir puntos de vista y entre todos generar las plataformas de conocimiento y de opinión que se adapten a la realidad que vivimos en América Latina. Espero que sea para ustedes tan valiosa como lo fue para mí.
Aprovecho para agradecer a los lectores que compartieron su opinión en el blog, y los invito para que lo sigamos haciendo: sigamos usando este valioso recurso de Plastico.com para comunicarnos, conocernos y enriquecer la visión de nuestro trabajo.
Un saludo,
Laura Flórez
(Y ahora sí la carta):
“Como dice un dicho, ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. Los chinos se han quedado con la tajada más grande del mercado de inyección porque entendieron que hay que comprar de acuerdo a las necesidades, y a las cantidades, mientras que para los occidentales, incluyendo los japoneses, la calidad es solo una.
Un reconocido fabricante taiwanés de inyectoras me dijo una vez, Juan el secreto está en saber comprar: si usted va a producir artículos commodity, en donde el tiempo de ciclo depende del artículo y no de la inyectora o del molde, y además es muy tolerante en cuanto a calidad, compre máquinas económicas de buena calidad, si compra máquinas de alto precio, va camino a la quiebra; igualmente, si está en un mercado donde la velocidad y la precisión son las variables principales, compre mis máquinas, porque si compra máquinas económicas va camino a la quiebra.
El quid del asunto es saber qué se necesita. En tirajes cortos, el costo del molde y de la inyectora pesan mucho más en el costo del artículo, que la eficiencia y la productividad, por eso hay que comprar moldes e inyectoras de buena calidad y menores prestaciones para que el precio sea competitivo. En tirajes largos la eficiencia y la productividad pesan mucho más en el costo del artículo, que el costo del molde y de la inyectora, por eso hay que comprar moldes e inyectoras de alta eficiencia, que son mucho más costosos.
En cualquier caso, hay que comprar moldes e inyectoras de buena calidad. Un molde barato usualmente es hecho con materiales blandos, por lo tanto tiene una vida útil muy corta, eso sí, debe ser estar bien maquinado, es decir, tiene que funcionar bien durante el tiempo estimado de vida. Igualmente una inyectora barata es usualmente una máquina para bajas velocidades y con una precisión regular, y al igual que el molde debe tener buena calidad.
Juan Carlos Oberndorfer”.