John Feldmann, doctor en química y miembro del consejo de administración del consorcio químico BASF, ve en general grandes perspectivas de crecimiento para el sector del plástico en muchos mercados y en una gran variedad de ámbitos de aplicación. A principios de julio de 2007, Feldmann afirmaba en una conferencia de prensa ofrecida por BASF en la antesala de la feria K: "Los plásticos son sinónimo de eficacia energética y seguirán experimentando, por tanto, una fuerte demanda". Desde 1990, la demanda global de materiales poliméricos se ha incrementado una media de un 5,5% anual, y Feldmann opina que la tendencia al alza continuará hasta el 2015 con una tasa de crecimiento de alrededor del 5% anual. El incremento, además, se producirá en todo el mundo, aunque BASF espera un crecimiento especialmente fuerte en la región asiática.
Si se estudian las cifras de consumo de plástico per cápita en los distintos continentes, resulta evidente que el continente asiático es el que presenta un mayor potencial de crecimiento al largo plazo. El imparable desarrollo económico de los países de esa zona y la mejora del nivel de vida de sus habitantes hacen prever que la demanda continúe al alza incluso más allá del 2015. En este contexto, es evidente que la actividad principal del sector mundial del plástico se centrará en un futuro próximo en Asia y en Oriente Medio, donde en los próximos años se invertirá sin lugar a dudas en nuevas instalaciones y en centros de investigación y desarrollo de alto nivel.
Expertos de la industria del plástico calculan que el consumo per cápita anual de plástico en los países asiáticos --que en 2005 se situó en 15 kilos-- se incrementará hasta los 24 kilos aproximadamente en el año 2010. Con un total de población de más de 2.500 millones de habitantes, este incremento equivale a alrededor de 23 millones de toneladas más al año, la mayoría de las cuales corresponderá a polímeros estándar como PE, PP o PVC. Los fabricantes de plásticos especiales de altas prestaciones, no obstante, también ven buenas perspectivas de negocio, ya que en los próximos años estos países registrarán igualmente una fuerte demanda en los ámbitos de las tecnologías automovilísticas y de accionamientos así como de envases y aplicaciones industriales.
Un mercado de 300 millones de toneladas
PlasticsEurope, la asociación europea de fabricantes de plásticos con sede en Bruselas, estima que el consumo mundial de plástico crecerá una media de alrededor del 5% anual hasta el 2010. Las tasas de crecimiento por países serán muy dispares según la asociación: Asia (sin Japón) y Europa del Este serán las regiones que mayor crecimiento experimentarán con más de un 6% anual. En Europa y América se espera un crecimiento de alrededor del 3,5%, mientras que en Japón será tan sólo del 2%. Según PlasticsEurope, la producción mundial de plástico alcanzará en torno al año 2010 los 300 millones de toneladas, una cifra espectacular teniendo en cuenta que en 1950 apenas se produjo un millón de toneladas de plástico en todo el mundo y que veinticinco años después, en 1976, esta cifra tan sólo alcanzó los 50 millones.
Aproximadamente una cuarta parte de los plásticos que se fabrican hoy en el mundo procede de Europa Occidental. Alemania es, con el 8% de la producción mundial, el país fabricante más importante de la Unión Europea, seguido de lejos por Francia, con un 3% del total mundial. La fabricación de plásticos en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) equivale a alrededor del 24% de la producción mundial y en la región asiática (sin Japón) este porcentaje asciende al 30%. Japón fabrica el 6,5% de los plásticos que se venden en el mundo, y África y Oriente Medio el 6%, aunque esta última cifra podría incrementarse ostensiblemente en los próximos años, sobre todo en Arabia-Saudí. Este país tiene previsto invertir fuertemente en la creación de una industria transformadora del plástico propia, con el fin de aprovechar directamente toda la riqueza que emana de sus pozos petrolíferos.
Peter Orth, doctorado en química y director de la división para Alemania de PlasticsEurope, está convencido de que la producción y el consumo de plástico seguirá aumentando de forma imparable en todo el mundo. No obstante, le resulta difícil prever qué ámbitos de aplicación desempeñarán un papel más importante en el futuro. La experiencia ha demostrado que los pronósticos a largo plazo suelen ser equivocados, sobre todo cuando se trata de un material tan innovador como el plástico, pero Orth no duda en afirmar que el plástico es el material que hace posibles muchas de las innovaciones que se producen hoy en el mundo: "Tengo claro que el consumo de plástico como material transversal seguirá aumentando en prácticamente todos los ámbitos, especialmente en aquellos en los que contribuya directamente a una mejora de la eficacia energética". Orth también opina que probablemente "veremos más de una sorpresa" y concluye con una pregunta que le viene a la mente en ese momento: "¿Quién de nosotros podía imaginarse hace diez años que las botellas de agua de plástico desplazarían tan rápidamente a las botellas de agua de cristal tradicionales?".
Plástico contra hojalata
¿Y quién podía imaginarse hace algunas décadas que la globalización, las tiendas de autoservicio, los productos congelados, la comida preparada y otras tendencias globales de la sociedad moderna actual cambiarían nuestras costumbres centenarias y, con ello, nuestras necesidades en torno a los envases y embalajes? Los cambios radicales que se están produciendo en el sector de los envases y embalajes benefician de nuevo principalmente a los plásticos, que están desplazando a los materiales convencionales. La sociedad alemana para la investigación del mercado de envases y embalajes GVM ha constatado, sin ir más lejos, que el porcentaje de utilización de latas sigue descendiendo. Durante generaciones, la lata de conserva ha sido el envase preferido para guardar verduras, frutas, pescado y carne, pero hoy en día cada vez se utiliza menos y, por tanto, cada vez se fabrican menos. Según la GVM, en el periodo comprendido entre 2003 y 2004 se fabricaron un 8% menos de envases de hojalata, y las latas de conserva siguen soportando una enorme presión frente a productos congelados en envases de plásticos.
Otro ejemplo más lo constituyen las bebidas en botella de plástico PET, que en Alemania se han situado al frente del mercado con un 38% de cuota. Más de un tercio de las botellas de bebidas que se fabrican en Alemania están hechas a base de poliéster termoplástico (PET), seguido por el cristal con un 27% y la lata de hojalata con un 17%. El mercado alemán del agua mineral, en especial, está en manos de los fabricantes de botellas PET: prácticamente el 75% del agua mineral embotellada que se vende en Alemania se adquiere en botellas PET. En cambio, uno de los segmentos en los que el PET todavía desempeña un papel marginal es en el de la cerveza, un sector por explotar con grandes oportunidades de crecimiento para la industria del plástico. Los envases de cerveza a base de PET constituyen únicamente el 3% del total del mercado mundial. En Alemania este porcentaje se duplica hasta el 6%, aunque sigue siendo más bien reducido y existe, por tanto, un gran potencial de crecimiento.
Los sectores de la construcción y de envases y embalajes no son los únicos que han experimentado fuertes transformaciones y que, por tanto, ofrecen oportunidades de crecimiento para los plásticos. La aplicación de materiales poliméricos en la industria automovilística con la consiguiente sustitución de materiales tradicionales ya comenzó. La creciente utilización del plástico en este sector permitirá también en los próximos años reducir drásticamente el consumo de carburantes y las emisiones contaminantes a la atmósfera. La sociedad austriaca de análisis integrales GUA, con sede en Viena, ha realizado un estudio sobre la forma en la que el plástico --en tanto que permite fabricar automóviles más ligeros-- puede contribuir a la reducción del consumo y de las emisiones. El estudio ha demostrado que, durante su vida útil, un automóvil utiliza alrededor del 88% del total de la energía para moverse. La fabricación del automóvil --y de los materiales necesarios-- equivale únicamente al 6% de la energía total consumida. Estos datos ponen de manifiesto que los plásticos, en tanto que permiten reducir el peso del vehículo, pueden contribuir de forma decisiva a un menor consumo y a una reducción de las emisiones de CO2 precisamente durante la fase crítica de consumo de energía. El empleo de 100 kilos de plástico en un automóvil moderno en lugar de otros materiales pesados supone, según la GUA, un ahorro de combustible de 0,3 a 0,5 l/100 km. Considerando estos datos, los esfuerzos por aligerar cada vez más los vehículos mediante la selección de los materiales adecuados pueden conducir a un aumento de la demanda de materiales plásticos.
Cristales de policarbonato
La utilización más acentuada de materiales sintéticos en la fabricación de automóviles permitiría reducir todavía más el consumo de carburantes y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Un ejemplo de ello sería la utilización de materiales plásticos infinitamente más ligeros para ventanillas, en lugar de los pesados cristales que se utilizan actualmente. Éste es uno de los campos que está estudiando desde hace años GE Plastics (GEP) y al que ahora ha querido dar un impulso definitivo. Este consorcio estadounidense del sector de las materias primas ha inaugurado recientemente en la localidad costera de Bergen op Zoom, Países Bajos, el "Automotive Glazing Center of Excellence". Este centro europeo ha sido concebido para mostrar a los fabricantes de automóviles y a sus proveedores las ventajas que presentan las ventanillas fabricadas a base de Lexan, el policarbonato (PC) de GE Plastics. Rick Pontillo, director del centro global de aplicaciones de GEP, puede mostrar aquí a sus clientes el enorme potencial de crecimiento que tienen los plásticos en el ámbito de la fabricación de ventanillas para automóviles. Si, por ejemplo, todas las ventanillas y lunetas traseras de todas las camionetas matriculadas actualmente en Europa se sustituyeran por algún tipo de policarbonato, podrían ahorrarse al año 2.100 millones de litros de combustible y reducirse las emisiones de CO2 en alrededor de 5,2 millones de toneladas anuales. Una medida de este tipo supondría que la demanda de policarbonato se incrementaría de golpe en más de 200.000 toneladas.
Esta sería, sin lugar a dudas, una excelente noticia para empresas como la alemana Bayer AG, que también incluye el policarbonato "Makrolon" en su cartera de productos a través de Bayer MaterialScience. Esta unidad de negocio no sólo se ocupa de optimizar los productos en cartera, sino que investiga los materiales del futuro y sus posibles aplicaciones. Se ocupa por tanto de los mercados del futuro próximo y también lejano y de los materiales que se necesitarán cuando, de aquí a diez o veinte años, la cifra mágica de 300 millones de toneladas de plástico consumido en todo el mundo se haya visto totalmente superada.
La división New Business de Bayer MaterialScience cuenta con un "Creative Center" dedicado a la investigación de las tendencias del futuro. Este centro intenta anticiparse a los cambios sociales y tecnológicos que se producirán en el mundo mediante un estudio sistemático de tendencias. Algunas de las conclusiones extraídas permiten identificar posibles oportunidades de mercado así como la necesidad de desarrollar nuevas aplicaciones para los materiales plásticos. Además de los departamentos de investigación específicos de producto de los que dispone la empresa, New Business cuenta con especialistas que trabajan en ideas que probablemente no se harán realidad hasta dentro de diez años o más. Unas ideas que podrían contribuir enormemente a que el futuro rosa que los expertos auguran a los materiales polímeros se hiciera realidad.