El experto en la industria mexicana, contó a Tecnología del Plástico sus expectativas para el sector durante 2017 y algunas cifras de crecimiento del mismo.
Apartes de la última charla de Tecnología del Plástico con el líder industrial mexicano, donde mostró por qué el sector del plástico en México atraviesa un excelente momento.
El pasado 28 de febrero, durante el evento de Perspectivas de Anipac, tuve la oportunidad de hablar por última vez con Eduardo de la Tijera sobre las expectativas de la industria del plástico para 2017. Un gran amigo de nuestra publicación y un industrial sin par en el sector de México, nos deja un hondo vacío con su partida, acaecida el pasado domingo 30 de abril, luego de una larga enfermedad.
Quiero recordar en estas líneas algunas de sus palabras, donde, a partir de las cifras de crecimiento de la industria plástica, nos invitó a “regocijarnos”, pues “el crecimiento es de los plastiqueros”. En el tono único y desenfadado que lo caracterizó, demostró que las cifras del rubro, lejos de preocuparnos, deben darnos certeza de que el sector del plástico en México es vigoroso y está en pleno crecimiento.
En 2016, el sector minorista, donde se comercializan todos los plásticos que llegan a los hogares en México, mostró indicadores positivos en 2016. Las remesas y la exportación manufacturera también se comportaron de manera positiva. “El crecimiento de cada uno de estos sectores incide directamente en la demanda de plástico. Cómo aprovechemos esta demanda es otro asunto. Pero hay una demanda que nosotros podemos aprovechar con nuestros productos”, explicó De la Tijera
La puesta en marcha de etileno XXI, la reestructuración de PEMEX y la evolución del tipo de cambio que subió permanentemente, fueron factores coyunturales que afectaron al sector. No menos importantes fueron las regulaciones medioambientales. “Solamente en 2016 hubo 11 iniciativas tendientes a prohibir o tasar los plásticos en el país, en los estados y en el congreso de la Unión”, mencionó el industrial. De la Tijera también resaltó la importancia de ser menos reactivos y más propositivos frente a las legislaciones, ya que hay un gran desconocimiento que puede causar mucho daño al sector. “En lugar de estar nada más corriendo a apagar fuegos, debemos tener una agenda y una estrategia más propositiva. Hemos hecho mucho, pero nos ha faltado saberlo comunicar”, añadió.
Como un indicador de la salud con la que cuenta el sector, el experto resaltó el comportamiento de la industria del plástico frente a la economía nacional: creciendo el PIB 2,3% y el PIB manufacturero 1,0%, el PIB de plástico creció 6%. Las exportaciones manufactureras crecieron al 6% y las ventas al menudeo crecieron 8,7%. “Entonces la idea de que el mercado interno no está respondiendo o no está sirviendo para soportar el crecimiento, no aplica para el plástico”, dijo el ejecutivo.
Otro indicador positivo se encuentra en el comercio exterior. “La producción de plásticos crece en volumen al 8,2%. Las importaciones por primera vez en muchos años crecen menos en volumen que la producción y en valor crecieron apenas el 0,04%. Las exportaciones vuelven a crecer. Llevamos ya cuatro años con crecimientos superiores al 5% de nuestras exportaciones. Lo que quiere decir que los mercados externos están recibiendo de manera positiva los productos plásticos y habla de que las empresas de plástico son competitivas”, mencionó.
El consumo aparente de plásticos creció en volumen 7,5%, aunque en valor se contrajo 4,2% por el efecto del tipo de cambio. “Recuperamos algo de participación de mercado, lo cual es bueno porque durante muchos años habíamos perdido participación de mercado frente a las importaciones. El consumo per cápita de plástico creció 5,7%. Incrementó el empleo, aumentaron las remuneraciones por persona, crece la inversión, y si cada año estamos invirtiendo USD 2.000 millones los industriales del plástico, quiere decir que en cinco años invertimos 10.000 millones, el doble de lo que Braskem invirtió en Etileno XXI”, comentó el ingeniero.
La productividad del sector crece 5,6%, y la capacidad utilizada también. El consumo de resinas sigue subiendo, pero el consumo de resinas de ingeniería está subiendo a tasas superiores al promedio. “Ya alcanzó cerca de las 450 mil toneladas, cuando hace aproximadamente ocho años estaba en las 335 mil toneladas. Ha crecido de manera muy importante porque ha aumentado también la producción de partes técnicas, es decir, de los componentes que van a productos electrónicos y autopartes, donde México ha estado incrementando más”, afirmó.