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Plastimagen 2017 va en “crescendo”. Así lo demuestra el número de asistentes, que en durante los primeros días de la feria inundaron los stands y los pasillos feriales. La feria da testimonio del buen momento que atraviesa la industria mexicana, y de las muchas oportunidades que se están abriendo en el mercado mexicano.
La expo, al igual que la industria de manufactura plástica en México, demuestra una tecnificación y crecimiento importante. Ya no vemos que se traigan a las ferias las “máquinas que el cliente ya compró y me dio permiso de exhibir”, como bien lo mencionaba Alexander Kramer, gerente técnico de Avance Industrial. En esta feria de Plastimagen estamos observando la misma tecnología que se mostró en la K, y la que se mostrará en NPE. Con esto, México cada vez se posiciona más como un recinto ferial de primer nivel, y una alternativa extremadamente atractiva para los visitantes de la región.
También es significativa la participación internacional. Tenemos pabellones de Alemania, Asia, Estados Unidos, Italia y Canadá. Esta asociatividad por países ha permitido que vengan expositores de alta tecnología con ofertas que México no conocía. Algo que también posiciona a Plastimagen como un destino ferial atractivo.
En mí ha calado un mensaje hondo: México ha dado el salto y, posiblemente de manera inadvertida, se metió en las grandes ligas de manufactura. El tratado TLCAN ha transformado el mapa mundial de dónde se fabrican los productos. Y como lo decía Ricardo Ricárdez en su conferencia, “es hora de que nos veamos como nos ven afuera”. La cultura de trabajo, la velocidad de respuesta, el profesionalismo, son posiblemente los únicos frentes que aún nos separan en México de un nivel de manufactura de clase mundial, porque la tecnología y la demanda productiva ya están acá.
Otra frase que me impactó ayer fue pronunciada por Walter Jungwirth, director de Engel México: “la calidad está en permanente evolución”. Es decir, la tecnificación es una labor permanente, para la cual tenemos que estar actualizándonos. Las máquinas de producción de plástico tienen un ciclo tecnológico de aproximadamente tres años, y cada tres años estamos viendo nuevos desarrollos. Y es importante planear para este escenario.