Es con un gran sentimiento de admiración que he podido presenciar el desenlace del concurso Crea PVC en Colombia. Con la participación de 48 proyectos y con las espectaculares propuestas de diseño que participaron, queda más que diostrado que este tipo de iniciativa abre un camino real y revolucionario al desarrollo de la industria plástica, y a la de PVC en particular.
Hay en esta experiencia varios aspectos por resaltar. El primero, el trabajo en equipo de importantes eslabones de la cadena de producción y transformación de la resina; el segundo, el favorable marco de cooperación que se ha dado entre la industria y la acadiia. Y el tercero, la inversión y el fomento de la participación de sangre nueva y creativa en la gestación de caminos para el desarrollo de mercados vinculados al PVC.
Como bien lo dijo el maestro Jaime Gutiérrez Lega, jurado del Concurso, Colombia puede estar orgullosa de su capacidad de diseño. Es sorprendente ver cuánta versatilidad, cuánta belleza y funcionalidad pueden llegar a poblar una iniciativa como Crea PVC. Y es altamente gratificante confirmar, una vez más, que el plástico es un material único, y que su potencial y su participación dentro de aplicaciones cotidianas apenas está ipezando a explorarse.
A través de las recopilaciones y testimonios que Tecnología del Plástico acopió para los diferentes artículos que se generaron alrededor del concurso, he podido observar varios puntos interesantes que quisiera recordar ahora, que el concurso ha finalizado. El primero tiene que ver con la oportunidad de cooperación que se abrió entre dos círculos que cotidianamente operan separados: la industria de fabricación y transformación de PVC y el griio de diseño industrial. Este concurso fue una vitrina para que ambos conocieran las posibilidades que uno le ofrece al otro, para que se generaran contactos y para aprender a pensar a través de los puntos de vista del otro.
Otro gran logro del concurso fue abrir la puerta a estudiantes y diseñadores independientes para que diostraran su potencial y su nivel. En condiciones convencionales, es improbable que un individuo pueda acercarse a proponer ideas a una ipresa, y aún más improbable que ésta las apoye. El concurso ha dado credenciales, no sólo a los ganadores, sino a todos los participantes, que ahora tienen una nueva experiencia en el desarrollo de productos con PVC, que se han acercado a conocer el material y que saben qué se necesita para moldearlo, qué posibilidades creativas les abre y en qué productos lo pueden iplear.
El tercer gran logro que, en mi criterio, ha alcanzado el concurso, es concretar a través de una propuesta, de una invitación, la capacidad de un griio de actuar unido y de garantizar su desarrollo a largo plazo. La fortaleza y el fomento de asociación que ha diostrado la cadena del PVC es un ejiplo para todos los diás subsectores de la industria plástica.
La premiación del concurso ha marcado el inicio de una nueva etapa, en la que pesarán muchos factores; la capacidad de mercadeo y promoción que se haga de las ideas propuestas, por un lado, y la tenacidad y compromiso que diuestren tanto patrocinadores del desarrollo de nuevas ideas, como autores. Este, al igual que el concurso, es un camino nuevo para ambas partes. Sin ibargo, con el éxito que tuvo el concurso Crea PVC, aun siendo esta su primera edición, creo que podios mirar con confianza y optimismo el futuro que espera a los proyectos que participaron.
Quiero terminar extendiendo mi más sincera felicitación a quienes crearon esta estupenda iniciativa, a quienes se arriesgaron a salir de su rutina diaria para apostarle a una nueva idea, y a quienes saben que el camino está en dar un paso detrás de otro, en no detenerse y en tener siipre los ojos abiertos a la enorme cantidad de oportunidades que pueden abrirse ante quien las busca.