El Nova Institute publicó un informe sobre materias primas agrícolas usadas en aplicaciones industriales, según el cual la eficiencia y la sostenibilidad en un análisis caso a caso debería ser el único criterio al momento de juzgar la elección de materias primas a ser usadas, para plásticos o consumo humano.
El documento hace referencia a estudios que aseguran que incluso después de satisfacer la demanda alimenticia de una población mundial en constante crecimiento, seguirá estando disponible suficiente tierra arable para propósitos distintos a la producción de alimentos.
El mejor uso para estas áreas se logra al considerar la eficiencia en las tierras de diferentes cultivos. Varios estudios mostrarían que muchos cultivos de alimentos son más eficientes que otros no relacionados con alimentos. De acuerdo con el informe, requieren menos tierra para producir la misma cantidad de material, por ejemplo, azúcar fermentable (comúnmente usado en procesos de biotecnología), en comparación con cultivos distintos a alimentos o de segunda generación, como lignocelulosos.
La eficiencia y la sostenibilidad deberían ser el principal criterio cuando se eligen materias primas revocables para procesos industriales, como la producción de bioplásticos. Si la industria fuera a dejar el uso de cultivos de primera generación en este momento, perjudicaría a la sociedad y al medio ambiente. Además de ser en la actualidad más beneficioso, el uso de cultivos de alimentos para propósitos industriales tiene la enorme ventaja de que en tiempos de crisis alimentaria, estos cultivos podrían ser redireccionados, para su uso alimenticio”, dijo Hasso von Pogrell, director de European Bioplasticos, al referirse al informe como una gran contribución a la discusión.
European Bioplastics está a favor de promover el uso de cultivos de segunda e incluso tercera generación para propósitos industriales. Sin embargo, a medida que los cultivos de alimentos continúen en muchos casos representando la más eficiente forma de cultivo, desacreditar su uso sería un paso en la dirección equivocada hacia el logro de los objetivos de sostenibilidad de la Comisión Europea.
Esta discusión, usualmente muy emotiva, necesita ser fundamentada en hechos. Sólo dos por ciento del área agrícola mundial es actualmente usada para cultivos para la producción de materiales, y sólo 0,006 por ciento es usado en la producción de bioplásticos, comparado con el 98 por ciento usado para alimentos”, agrega von Pogrell.
Esto hace eco a la conclusión de un estudio reciente publicado por el Banco Mundial, según el cual un aumento en los precios de los alimentos es ampliamente influenciado por los precios del petróleo. Los biocombustibles y, por extensión, los bioplásticos juegan un papel fundamental en esto. El estudio mira los bienes de consumo de alimentos, como maíz, arroz, soya y palma, y los compara los precios de los bienes de consumo con energía, tasas de cambio, intereses, inflación, ingresos y demás, para determinar cuáles de estos indicadores tienen el mayor impacto en los precios de los alimentos.