Rafael Blanco, el hombre que fue semilla

Rafael Blanco, líder y padre de la industria y de la formación en plásticos en México, nos ha dejado físicamente. Quiero expresar a sus hijos y familiares mi más profunda simpatía, pero sobre todo espero que puedan seguir viendo a su padre, a su hijo, hermano, en la profunda huella que ha dejado. La muerte nos llega a todos, pero no todas las vidas tienen tanto impacto, ni hacen tanto bien como la de Rafael. Una vida así nunca termina.

Rafael entendió como nadie lo que necesitaba la industria plástica de México, y fue uno de los artífices de su transformación. Desde muy temprano pudo satisfacer su vena científica en la canalización de información técnica para la industria mexicana, y uno de sus grandes legados es su trabajo al frente del IMPI, Instituto Mexicano del Plástico Industrial. También de esa época es la Enciclopedia del Plástico.

Él identificó que la forma que la industria tendría para crecer era a través de la formación de competencias técnicas, pero comunicadas de manera sencilla y aplicada, para llegar a la mayor cantidad de personas posibles. Muchos de sus alumnos, quienes se han despedido de él en redes sociales, dicen que fue por él que aprendieron a amar la industria plástica, y esto muestra lo que ha sido su legado: transmitir pasión, llevar a la gente a apropiarse y a hacer una carrera consagrada. Gracias a líderes y pioneros como él es que la industria plástica en México evolucionó de lo que era en la década de 1980 a lo que conocemos hoy en día.

Muy joven, cuando llegué a trabajar a esta industria, fue Rafael una de las primeras personas a quien conocí, y fue una guía para nuestra publicación Tecnología del Plástico. También es el responsable de proyectos como el Centro Empresarial del Plástico, el Diplomado de Plásticos, la Escuela Práctica, la Membresía del Plástico, el programa de Radio Planeta Plástico, entre otros.

Conocí a Rafael como una persona multifacética, capaz de adaptarse a diferentes roles: investigador, empresario, maestro, divulgador. Todo con una característica común: su capacidad de entender muy bien a México, a las necesidades del sector, y divulgar de manera carismática, siempre esforzándose por innovar y por compartir. Lo extrañaremos profundamente y cuidaremos la semilla que sembró y que ha dado abundante fruto, a través de sus maravillosos hijos y de las muchas obras en las que podemos ver su mano.