Concepto, diseño y mercado, las claves del concurso Crea PVC

El plástico encuentra cada vez más formas de compenetrarse en la vida humana. Su capacidad única de combinar propiedades como bajo peso, resistencia química, moldeabilidad y belleza lo hacen un material inigualable, que reemplaza al metal, a la madera y al vidrio en las industrias de fabricación de empaques, automóviles, construcción y esparcimiento, entre otras.

El plástico es uno de los mejores destinos que puede tener el petróleo. Un barril de plástico transformado vale diez veces lo que vale un barril de petróleo crudo. Además, por ser reciclable, puede tener un impacto ambiental considerablemente menor que el del petróleo consumido en otro tipo de aplicaciones.

El PVC se destaca sobre otras resinas por propiedades como versatilidad, libertad de diseño y resistencia, además de que puede ser transparente u opaco, rígido o flexible, y a que puede tener prácticamente cualquier coloración. Es con PVC que se imita el cuero, que se hacen pisos simulando madera e inclusive se fabrican los productos inflables. Esto es sólo una muestra de la amplia gama de artículos y mercados a los que se puede tener acceso si se investiga e invierte en desarrollos basados en dicha resina.

Estas razones han impulsado a diferentes institutos y asociaciones a encontrar caminos expeditos de crecimiento para el plástico. El potencial que tiene este material, a diferencia de otros, está prácticamente inexplorado. Hay varios nichos de mercado por alcanzar, pero la clave esta en encontrar los productos adecuados.

Ya existen casos exitosos de concursos de diseño con PVC. En Brasil, por ejemplo, tuvo lugar la exhibición Plasticidades: Plástico + Diseño, donde se evaluaron trabajos de estudiantes y profesionales, con máximo dos años de haberse graduado, en torno al PVC. Las pautas para elegir a los proyectos ganadores del concurso fueron innovación, flexibilidad del diseño, funcionalidad y uso.

En Argentina, el concurso Crea con PVC llegó en 2005 a su segunda versión, con gran éxito. Bajo un esquema similar al del concurso colombiano, el objetivo argentino es involucrar a estudiantes y profesionales en las áreas de diseño industrial, diseño de mobiliario, arquitectura, diseño de interiores, diseño textil e ingeniería, en la concepción de nuevos productos.

Una interesante tendencia que se ha visto en las exposiciones y concursos anteriores es la de emplear elementos existentes de PVC para crear nuevos productos: en algunas aplicaciones, por ejemplo, se han utilizado mangueras o tubos para crear floreros, sillas, jarrones y lámparas. Las telas o mallas de PVC, por ejemplo, pueden emplearse para hacer muebles, contenedores o artículos textiles. Este tipo de aplicaciones es además valioso porque hace uso de material recuperado, y se convierte en un destino de fin de vida para artículos plásticos que de otra forma contaminarían el ambiente.

Otra propuesta es hacer artículos inflables de PVC, que puedan llenarse de aire para ser utilizados y volverse a guardar. Es sorprendente ver los diferentes tamaños, colores y efectos que pueden lograrse con aplicaciones de este tipo. Incluso casas o stands de exposición se han fabricado empleando PVC.

El PVC también puede reemplazar otros materiales en aplicaciones convencionales de la vida diaria: ceniceros, floreros y artículos de oficina. En este caso, las ventajas de usar PVC pueden ser reducir el peso, contar con formas novedosas o colores diferentes e inclusive aprovechar propiedades de transparencia y duración frente a la intemperie.

El concurso Crea PVC es una oportunidad única, no sólo porque vincula, como pocos en Colombia, el trabajo sistemático y la cooperación entre la academia y la industria, sino porque además abre a los industriales colombianos los ojos para creer e invertir en el trabajo de los diseñadores industriales.